La Bridget Jones

Soy demasiado cola, loca y llego a ser hasta mujer a veces con lo que me imagino y veo en TV. Lo reconozco y lo asumo, especialmente cuando trato de emular mi vida amorosa a todas esas películas donde está la periodista que es buena trabajadora, pero media nerd y perdedora, pero que al final igual se la quieren comer; sea por una apuesta, porque descubrieron que tenía buenos sentimientos o por lástima, lo que al final resultaba en mucho sexo, locuras, amor y relaciones raras y medio felices, como Bridget Jones, Louise Lane, Andie Anderson ("Cómo perder un hombre en 10 días") o Lucía González (de "Ciega a Citas", una serie española), entre otros tantos referentes que nos entrega Hollywood, porque como que ven que los periodistas siempre estamos cagados y tenemos una interesante vida tipo Indiana Jones, cuando somos como Betty la Fea, llenos de documentos y cosas de urgencia.

Ya he visto una y otra vez esos filmes y series que me ensueñan y lo único que al final saco en limpio es que nada de eso me va a ocurrir; que no tengo citas a ciegas, que  no me pasa esa cosa de ver a alguien un día en una de las notas que hago y se enamoren de mí; que la vida no me mandará de casualidad a un lado o por una apuesta tendrán que cuentiarme y yo hacerme el desentendido y que al final terminará en un final casi feliz. No NUNCA

Incluso creo que Diosito se ensañó conmigo en algunas ocasiones, porque cuando estoy a punto de concretar un filtreo (la verdad es sexo que uno consigue en los tantos lugares de webeo existentes en todo el país, más o menos decentes) y pasa algo para que no se concrete la encamada, la salida ni nada y eso me da pena.

Con esto me siento bien loser y con ganas de recuperar a alguno de los amores pasados, porque la vez que me atreví a pedirle el fono a uno, no contestó los mensajes que le dejé (y solo fueron un hola y, días más tarde, un "cómo va"). Así, la teoría que el mundo me necesite solo, sube, sube como la espumita y nada qué hacer, aceptar un poco este fracaso amoroso.

Debo decir que el otro día el demonio me tentó para encamarme con uno de los que me gustan, pero tienen a su pololo fijo y me negué. Salimos, paseamos, me llevó al marinero desconocido, me dio besos y yo le dije "llévame a casa, no me siento bien haciendo esto". Sí, como diálogo de película cursi y me fue a dejar, pero me dio un beso de despedida (no calentón, pero con sabor a decepción por su parte).

A ver si con eso comienza una nueva historia y me redimo de tanta cosa mala que hice en el pasado, de tan bueno para todo lo que se imaginan que fui y comience a escribir el "Diario de Eli Jones", (así de maraco).

El tracklist de este escrito:
El hombre después de las 00.00
Esa que te dice "nunca va a pasar"
Lo que nunca sabré
Para recordar por qué no volver con el ex



Esos amores tipo Britney Spears

Cuando era chico, así en la adolescencia (lo que no ocurrió hace mucho, sólo como 15 años), yo soñaba con tener uno de esos amores que cantaba la Britney Spears, para correr antes de entregar la flor, pero entregarla igual y que me quisieran y amaran par el resto de la vida.

Uno se creía todos los cuentos que le metían, pero como uno no cachaba para donde iba la micro y que el tren de la heterosexualidad se iba a ir, chocar, desbarrancar y quemar para nunca más volver, no quería meterse con nadie ni empezar esos amores raros, que uno cree que son para siempre, de verdad y no de calentura, como sucede a los 15 años, pero continúa por los años.

Con el tiempo, ese amor se transformó en fantasía porno y mandé a la cresta a esas canciones adolescentes, donde la mina corría y se vestía de blanco para prevalecer como señorita for ever and ever, aunque igual tenía esas recaídas, tipo Withney Houston en su máximo esplendor o de los grupos como Westlife, Take That o esos mamones que cantaban como macabeos, para que no los dejaran.

Claro que seguía escuchando a la Britney, que se volvía loca y  tenía la atención, se pelaba, etcétera y cambiaba las canciones de "quiero entregarme sólo el día del matrimonio", por otras que eras calentonas, que hablaban de los tríos, de enamorarse de hombres malos y tener una segunda vida, de esa cochinona que nadie sabía y hasta de matarse por un hombre (eso no cagando lo haría, pero sí que caía en mini depresiones que eran pasadas a punta de comida y alguna que otra aventurilla).

Y escribo esto y me doy cuenta que me vuelvo viejo, que ya no aguanto ir a la disco y que bien cola que era para que me gustatra Britney Spears, y que lo sigo siendo, porque todavía la escucho en Youtube y entro en depresión de que, hasta ella con lo loca que es, tenga a alguien y yo en mi locura sigo solo, sin ganas de cazar por la vida y aún esperando que llegue ese al que yo le cante "You tell me that you' re in love with me" y que "you are the only one for me..."

Bueno, quedan cinco meses de campaña para encontrarlo, sino, ya prepararé las maletas.

Esa de la Britney cuando se creía virgen
Cuando la mujer quiere más y más
Los macabeos

Esa mentira de "las maracas se quedan solas"

El otro día revisando Facebook vi un listado de canciones diversas de hace como 10 años, cuando el reggaeton era lo único que se escuchaba en las discos (antes de la arremetida de la bashata) y, uno como borracho y califa obligado, se tenía que mamar esos bailes de pelvis y tratar de tener el ritmo que nunca, nunca, nunca se tuvo ni en aeróbica, con tal de conseguir el atraque con el cabro del momento o con alguno de los que bailaba en esas discos colas a las que uno iba a cazar.

La lista contenía esos "clásicos" del comienzo de Daddy Yankee, Don Omar, Ivy Queen y otros que me da asco nombrar y no puedo creer que me sepa los nombres. "La Gasolina", "Baila Morena", "Pobre Diabla" y la clásica "Ella me levantó".

De esa última yo no me acordaba de la letra, excepto por una parte del coro que decía: "llora nena llora llora, LAS MARACAS SE QUEDAN SOLAS". Bueno, no decía eso, las palabras exactas eran "llora nena llora llora, vista ma' como son las cosas". Pero me quedo con la frase popular, por la mentira que dice.

Yo que siempre me hice el decente, pero que igual bailaba apretado, me las di de virgen un par de decenas de veces, sólo para terminar en grado 3, 4, 5, 6 y el que pudiese en el momento, ahora estoy más botado que celular análogo, sólo por no decirle que sí a todo el que me ofrecía su mercancía de carne, porque también está el estómago, el gusto y el que no te agarren para el webeo momentáneo esos mijitos ricos que veías y que tenías que agregar a la lista de trofeos (aunque eso es lo que quería, no podía ser tan fácil). Mientras que las colas carroñeras, que se comían hasta los que estaban muertos de curados, allí, lo más bien con pareja.

Claro que esos cotizantes de mi misma Isapre igual se cagan a sus parejas (dijo el picado), y uno prefiere la soledad a que le pongan los cuernos. ¡MENTIRA! Igual si tuviera un recurrente estaría más feliz y, bueno, como lo dije al principio de este escrito, mi experiencia dice que maraquear sirve para estar acompañado así que eso de que las maracas se quedan solas es una de las más grandes mentiras que nos hemos inventado, para darnos esperanzas que, haciéndonos los decentes, no terminaremos botados, como calcetín guacho.

Track list de este escrito

ese que dice "las maracas se quedan solas"
Sola
Billy Idol (canciones decentes ahora)
Dancing on my own

A la chuña

Sigo con mi tontera y niñez de los 30 años y, como alguna vez hice una promesa de que si no tenía perro que me ladre a esta edad, a los 31 me iba a ir a recluir a un monasterio o algo parecido para dedicar mi vida a Dios o a los que trabajar para él. Cómo una vez escuché, ir al seminario es como ir a una disco gay, pero con todos ganosos y posibilidades infinitas de pecar, antes de redimirse.

Por eso decidí tirarme a la chuña, en términos chilenos, dedicarme a maraquear, salir más para conocer a hombres y que me conozcan todo el cuerpo, probar más que un beso, sino que un touch and go o un go go go and touch again. ¿Cómo saber si en una de esas encuentro al amor de mi vida o al que me tenga contento por lo menos hasta el año nuevo? 

Mi idea es comenzar después de las fiestas religiosas, porque siempre hay que mantener la compostura y preparar al cuerpo antes de tirarse a la piscina de volverse un fácil de cuerpo y alma, o un "flexible", como identificaran a la otra, la maraca, la come hombres casados o comprometidos para las que alguna vez vieron "Soltera otra vez" (serie con la que me identifico, por el papel de mina cagada de la cabeza y loser en el amor, como estoy ahora).

Bueno, la verdad es que no busco un marido, ahora que hay Acuerdo de Unión Civil, sino alguien (o algunos) que me quite (n) las ganas, total, soy soltero y hago lo que quiero y lo que los condones que tenga en la mano, la billetera, la mochila o donde los guarde me permitan hacer.

Así que mis amigas ya sabe, en 10 días más me visto de comando, me pinto la cara y salgo a cazar, espero no lo que venga, porque si bien  me atrae la gerontofilia, no estoy dispuesto a comer carroña. Citas a ciegas y cuartos oscuros, VENGAN A MÍ.

Canciones de este escrito, clickea.




Everybody is looking for something

Y acá estoy otra vez, reviviendo a un muerto de hace casi 10 años, para intentar no matar a todos los que se me cruzan en el camino.

La verdad, es que en 10 años la historia no ha cambiado mucho, solo han rotado personajes y hombres por mi cuerpo, la cama, la cocina y los moteles que he visitado, sin pudor alguno o sin interés grande por formar una familia, de esas que uno podría llamar familia, cuando dos hombres se dan como caja y viven relativamente bien con sus sueldos no gastados por cabros chicos llorones, y que te sirva para viajar por el mundo.

Bueno, sí ha cambiado un poco. Me enamoré de un conchesumadre que me engañó y me trató como muñeco inflable para satisfacer lo que su pololo, un gordo sin gracia (pero dinero) no le podía dar, que era lujuria y otras cosas que no vale la pena detallarlas. Relación en la que estuve más de un año y otras tantas recaídas, hasta que un día lo mandé a la cresta, porque quería, de nuevo, que yo fuera su callboy, taxi boy, putito o como le digan ahora a una follada de cuando en vez, pero con amor por mi parte y calentura de parte de ÉL, lo que no es justo.

Así estuve hasta que encontré al que yo creía que me iba a conquistar y sacarme esa obsesión, de la que soy súper bueno de tener (por mi transtorno obsesivo compulsivo) y tuve una relación imaginaria de aquellas más épicas, absurdas y psicóticas por mi parte, donde en mi cabeza quería que pasara de todo y en la realidad sólo me llevaban a comer, mientras coqueteaban con tantos otros.

Cuando caí en esta cuenta, llena de mentiras en la relación y la no relación que tuve, me pegué la cachada que no tenía por qué sufrir por webadas, ni esperara llamdas o estar atento a las necesidades de los otros, cuando las mías (de verdad, las de sexo) no estaban saciadas e hice lo más infantil que se me ocurrió y los bloqueé de toda red social en la que podía encontrarlos, para que no vieran lo que yo hacía. Total, para hablarme, está el celular.

Ahora estoy un poco menos obsesionado, pero no sé si más tranquilo, aunque creo que esa ansiedad se pasará con los días, no como mi sed de venganza, lo que trataré que no ocurra, porque no quiero dejar la cagada ni que corra la sangre de víctimas inocentes.

Copiando un poco a una de mis columnistas favoritas, Alicia Bisso, dejaré unos videos que reflejan un poco cómo me siento.

Living on my own
Suedehead MorrisseySweet Dreams